Algo con una mujer es un film argentino de dos mil veinte, proyectado para la televisión y basado en una obra de teatro de mil novecientos veinte, obra de Julio César Beltzer y titulada La Rosa. La película estuvo dirigida por Mariano Turek y Luján Loioko, que también adaptaron el guion. Fue protagonizada por María Soldi, Maule Vignau y Abel Ayala.
En los años cincuenta, una mujer vive semiabandonada por su esposo, que viaja constantemente. Una noche contempla por su ventana el asesinato de un hombre, en el piso de enfrente. Su marido parece no creerla, y ella empezará a investigar el delito por sí misma. Las circunstancias la llevan a entablar una relación con un vecino.
Algo con una mujer es un film de suspense donde las acciones de cada uno de sus protagonistas hacen que la trama se convierta en tragedia personal. Está muy bien ambientada y el ritmo es el adecuado para llegar al desenlace, con sorpresa incluida. Un film muy logrado y muy digno de ver.
Argentina fue gobernada entre mil novecientos setenta y seis y mil novecientos ochenta y tres por una dictadura militar, fruto del golpe de estado que derrocó a María Estela Martínez, la cual había asumido la presidencia del país en mil novecientos setenta y cuatro, tras la muerte de su marido Juan Domingo Perón. Durante la dictadura se hicieron internacionalmente patentes la desaparición de personas y el robo de niños. En el ochenta y dos se produjo la derrota ante Gran Bretaña, en la guerra de las Malvinas. Al año siguiente, la dictadura militar fue sustituida por el gobierno electo de Raúl Alfonsín. Un decreto del gobierno, del ochenta y tres, ordenó someter a proceso judicial a la junta militar. El juicio se llevó a cabo en mil novecientos ochenta y cinco, y la acusación estuvo encabezada por el fiscal Julio César Strassera.
Argentina, 1985 es una coproducción argentino-estadounidense de dos mil veintidós, dirigida por Santiago Mitre según un guion del propio director y de Mariano Linás. Fue protagonizada, en sus papeles principales, por Ricardo Darín y Peter Lanzani. Fue premiada por la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica y por el Festival de San Sebastián.
El fiscal Julio Strassera recibe el encargo de presentar acusación contra la cúpula militar por delitos de torturas y desapariciones sistemáticas. Para ello ha de reclutar un grupo de colaboradores bisoños, ya que los funcionarios se niegan a hacerlo por simpatías con el régimen depuesto o simplemente por miedo. Tras recabar multitud de testimonios y recibir incontables amenazas, se abre el juicio.
Argentina, 1985 es una película reivindicativa. Es un film ágil y a la vez intimista, que retrata una etapa oscura y no deja de poner los vellos de punta. Un film que no despierta la admiración por la resolución de un país a la hora de depurar responsabilidades, cosa que no ocurre en todos los sitios. También es un gran trabajo del carismático actor que la protagoniza, y cuenta con una fotografía que afianza lo que se quiere relatar; y con el recurso de incluir, de tanto en tanto, algunas imágenes de época.
Guillermo Martínez es un escritor argentino, autor de seis novelas publicadas entre mil novecientos noventa y tres y dos mil diecinueve. En dos mil tres publicó Crímenes imperceptibles, que sería llevada al cine en dos mil ocho bajo el título de Los crímenes de Oxford. En dos mil siete publicó su siguiente novela, La muerte lenta de Luciana B., que dio lugar a la película que hoy nos ocupa.
La ira de Dios es un film de dos mil veintidós, dirigido por Sebastián Schindel y protagonizado por Diego Peretti, Macanera Achaga y Juan Minujín, en sus principales papeles.
La asistenta de un famoso escritor argentino deja su trabajo al ser acosada sexualmente por su jefe. Tiempo después, tras el suicidio de la esposa y la muerte de la hija del escritor, empiezan a fallecer los familiares de la chica acosada. Ella sospecha que están siendo asesinados por su antiguo jefe, y solicita ayuda a un periodista con ciertos problemas con la bebida.
La película se configura como un thriller psicológico que te mantiene en tensión y, a pesar de ciertas crítica en cuanto a la interpretación de los actores que la protagonizaron, es un film muy digno de ver para los amantes del suspense. Como manifiesto a menudo, se nota que detrás de la cinta hay una novela.
El escritor Diego Paszkowski ganó en 1998 el Gran Premio La Nación por su novela Tesis sobre un homicidio. En 2013 fue llevada a la gran pantalla por Hernán Goldfrid, con un guión adaptado de Patricio Vega. Fue interpretada por Ricardo Darín, Alfredo Amman y Calu Rivero, en sus papeles principales.
Un abogado de prestigio se dedica a la docencia, formando a futuros profesionales del derecho. Entre sus alumnos se encuentra el hijo de un amigo. Una tarde aparece asesinada una mujer a las puertas de la facultad y el abogado sospecha que su alumno es quien ha cometido el crimen.
La pregunta de sus ojos fue la primera novela del escritor argentino Eduardo Alfredo Sachieri, publicada en 2005. Le seguirían otra cinco novelas y dos compilaciones, hasta la fecha, y la habían antecedido un buen número de relatos.
En 2009, el director Juan José Campanella estrenó El secreto de sus ojos, con guión del mismo director y del autor de la novela en la que se basó el film. Fue protagonizada en sus papeles principales por Ricardo Darín, Soledad Villamil, Ricardo Francella y Pablo Rago. Obtuvo un Oscar, como mejor película extranjera.
En los años setenta es asesinada brutalmente una mujer en Buenos Aires. La policía detiene a una pareja de inmigrantes, a quienes tortura hasta hacerles confesar. Pero el oficial del juzgado que lleva el caso no se da por contento. Mirando unas fotografías de la víctima empieza a recelar por el modo en que la miraba uno de los jóvenes también retratados. Logran detenerlo y, con la ayuda de su superior en el juzgado, lo hacen confesar. Pero el joven es fichado como sicario por una facción de derechas y puesto en libertad. Intentan asesinar al oficial, que salva la vida. Al final, la justicia vendrá de la mano del viudo de la mujer asesinada.
Una buena película. Con final sorpresa, como a mí me agradan. Digna de ver.
La educación es un producto de la cultura, al mismo tiempo que la cultura se difunde, desarrolla y profundiza con la educación. ... Es necesario porque interferencias políticas están banalizando y empobreciendo ambos conceptos y a la administración pública de ambos productos, conquistados en la historia por la humanidad.
Laurentino Vélez-Pelligrini, (París,1969). Soy sociólogo de la cultura,ensayista y escritor. Durante los últimos años evolucioné de la Teoría Social a la Teoría y Crítica Literaria. Mis centros de interés versan en torno a la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial.