Es notorio que Alfred Hitchcock era aficionado a aparecer en sus películas, haciendo de extra. Salvando las distancias –en lo relativo al género cultivado y a notoriedad con la que aparecía el director de cine- se asegura qu
e Vázquez Montalbán también se inspiraba en sí mismo para recrear algunos personajes accesorios de sus novelas. Podría ser el nadador dominguero que, recién arrancada Tatuaje, rescata el cadáver flotante del marinero asesinado. También pudiera ser la antítesis del escritor enclaustrado en El balneario, a quien Pepe Carvallo pregunta por sus fuentes de inspiración. Y el otro (sorprendido porque alguien afirme que las situaciones que escribe debieran ser producto –aunque remoto- de su experiencia y su bagaje) responde categórico que no, que él se lo inventa absolutamente todo; dejando a cuadros al detective. Sigue leyendo
A vueltas con la inspiración.
31 miércoles Ago 2016
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